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Sacerdote: de Cristo, para la Iglesia, hacia Dios

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Sacerdote: de Cristo, para la Iglesia, hacia Dios

Homilía primera misa P. Andrej Makovnik, dcjm – Bratislava 19 febrero 2023 – VII domingo, tiempo ordinario, ciclo A (Lv 19,1-2; 17-18 / 1Cor 3,16-23 / Mt 5,38-48)

Querido Andrej, queridos hermanos discípulos, querida familia de Andrej, en especial tus padres, Stefan y Terézia.

En la primera lectura hemos escuchado las palabras de san Pablo, que iluminan esta primera misa de nuestro hermano Andrej (que hoy es también nuestro padre Andrej). Lo que San Pablo dice a los Corintios se dirige hoy a nosotros: “Todo es vuestro” (1Cor 3,21). Por el bautismo, porque sois hijos de Dios, Él os ha dado todas las cosas. Y entre esos dones que Dios os ha dado también está el sacerdocio de Andrej. San Pablo, de hecho, se incluye a sí mismo como apóstol en aquello que pertenece a los Corintios: “Pablo, Apolo, Cefas… todo es vuestro”. “Pablo, Apolo, Cefas, Andrej… todo es vuestro”. Damos gracias a Dios por este regalo que habéis recibido hoy.

¿Y qué significa este don? La frase entera del Apóstol nos ayuda a responder: “Todo es vuestro, vosotros de Cristo, Cristo de Dios”. Andrej es vuestro para que vosotros pertenezcáis a Cristo y así podáis caminar hacia Dios. Se desvela aquí el misterio del sacerdote Andrej: – ¿De quién eres? – ¡De Cristo! – ¿Para quién eres? – ¡Para la Iglesia! – ¿Hacia quién eres? – ¡Hacia Dios, hacia el Padre!

1. Empecemos por el centro, por el mediador que es Cristo. Andrej hoy se hace uno con Cristo. Por eso se dice que el sacerdote actúa “in persona Christi”, en la persona de Cristo. Cada día Andrej celebrará la Eucaristía, y repetirá estas palabras como si las dijera el mismo Jesús: “mi cuerpo por vosotros, mi sangre derramada por el perdón y la alianza”. Andrej llamará “su cuerpo” al cuerpo de Jesús, y llamará “su sangre” a la sangre de Jesús. El cuerpo de Andrej es ahora uno con el cuerpo de Cristo que se entrega. La sangre de Andrej, toda su vida, late al ritmo del corazón de Cristo y de su amor al hombre.

En Estados Unidos se ha puesto de moda una publicidad sobre Jesús. Son breves videos donde se muestran escenas corrientes de la vida humana, que Jesús también vivió. Por ejemplo, aparecen personas que sufren… y el vídeo termina: también Jesús lloró. O se ven hombres acusados injustamente… también Jesús fue acusado y no respondió con odio. Otro de los vídeos se llama “el rebelde”: Jesús fue rebelde de la caridad y del perdón. En todos estos vídeos se concluye con el mismo lema: “Jesus gets us”. Esta expresión inglesa significa: “Jesús nos comprende”, entiende lo que nos pasa. Pero también se puede traducir: “Jesús nos alcanza, nos atrapa allí donde estemos”. En la ordenación sacerdotal Jesús ha comprendido a Andrej y Jesús ha alcanzado a Andrej. Jesús había alcanzado ya a Andrej por el bautismo y por la confirmación. Pero ahora Jesús le alcanza en un modo nuevo. ¿Cómo?

Jesús alcanza hoy a Andrej en su paternidad. Le ha dicho: tú quieres dar vida a los hombres, yo te enseñaré una forma nueva de dar vida. Tú quieres abrir caminos, yo te enseñaré los caminos que llegan más lejos. Vas a ser padre a mi medida. “Sed perfectos como vuestro padre celestial es perfecto”, dice hoy el Evangelio. Andrej, aquí se te abre la paternidad perfecta. “Nadie es tan padre como Dios” decía Tertuliano. Y podemos añadir: “nadie como Dios es capaz de hacernos tan padres”. E igual que el Padre hace salir su sol sobre buenos y malos, y hace llover sobre justos e injustos, tú estás llamado a hacer brillar el sol de Cristo sobre todos los hombres, y a que llueva sobre ellos el amor de Cristo, para fortalecernos cuando somos buenos y para convertirnos cuando pecamos.

2. Por tanto, ¿de quién eres, Andrej? ¡Eres de Cristo! Y siendo de Cristo puedes responder a otra pregunta: ¿para quién eres? ¿Para quién vives, a quién das tu vida? Andrej, si eres de Cristo, podrás ahora ser “para los hombres”, “para la Iglesia”, para llevarles a Cristo.

Este servicio a los hombres es un servicio al amor, a la comunión. Andrej se ha ordenado sacerdote en la familia de los Discípulos de los Corazones de Jesús y María. Su sacerdocio tiene apellido: dcjm. Por eso es sacerdote desde el misterio del amor humano de Cristo, que nos revela el inmenso amor del Padre. Y es sacerdote desde María, la Madre del amor hermoso, que nos abre el espacio para contemplar a Cristo y para hablar el lenguaje del cuerpo de Cristo.

Por eso el sacerdocio de Andrej está al servicio del amor humano dentro del plan divino. Es lo que nos dice hoy san Pablo: “¡Sois templo de Dios!” Vuestro cuerpo es templo de Dios, y el sacerdote está al servicio de esta “teología del cuerpo”. La misión del sacerdote es poner vuestro cuerpo y vuestro amor en relación con el cuerpo y amor de Cristo. Y así entendemos qué significa que Andrej es para vosotros. Es para vosotros, esposos, para que vuestro amor nazca siempre del amor de Cristo. Andrej es para vosotros, padres y madres, para que la vida que dais a vuestros hijos brote del sacrificio de Jesús “para la vida del mundo”. Andrej es “para vosotros” también en vuestro trabajo, para que busquéis el pan que nunca perece, el que os da Cristo.  

3. Demos ahora un último paso. Andrej es vuestro para que vosotros seáis de Cristo y, juntos, caminéis hacia Dios. Si todo padre comunica la vida, el sacerdote comunica la vida de Dios, la vida plena, la vida eterna que comienza ya aquí. La primera lectura de hoy nos lo recuerda: “sed santos, como yo, vuestro Dios, soy santo”. No olvides, querido Andrej, que tu misión es llevar al hombre a Dios. Que te fascine siempre el misterio y el amor de Dios. ¡Solo en Dios descansa el corazón inquieto del hombre!

En el Evangelio dice hoy Jesús: “si uno te obliga a caminar con él una milla, camina dos”. Muchos hombres se acercarán a ti como sacerdote, y te pedirán ayuda. Te abrirán su corazón, porque verán en ti un ministro de Dios. Te pedirán que intercedas ante el Señor en sus dudas, en sus miedos y esperanzas. Te obligarán a recorrer con ellos esta primera milla. Pero tú no te quedes ahí. Acompáñales una segunda milla, aunque no te lo pidan. Es decir, no intercedas por ellos solo para que les suceda como deseen. Intercede para que deseen más allá, según el deseo de Dios para ellos. Esta es la segunda milla, la que abre el horizonte hacia Dios, la que nos recuerda cuál es nuestro gran destino.

Quería pedir, finalmente, en este día, para que tu sacerdocio suscite en muchos jóvenes el deseo de seguir a Cristo. El mundo necesita sacerdotes porque necesita futuro, porque necesita esperanza y proyecto. Y el sacerdote entrega el mayor futuro, el que Cristo nos abre. A los jóvenes, que tenéis en el corazón el deseo por generar un futuro grande, os digo, mirando al P. Andrej: ¡pedidle al Señor que os llame, ofreceos a su llamada!

Inspirándonos en una antigua oración, podemos preguntar: “¿quién eres tú, sacerdote?” Y responder: “no eres de ti mismo, porque eres de Cristo; no eres para ti mismo, porque eres para la Iglesia; no eres hacia ti mismo, porque eres hacia el Padre. ¿Quién eres tú, pues, sacerdote? ¡Nada y todo, oh sacerdote!”

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