Cruz Discipular
- Explicación
El logo de los Discípulos de los Corazones de Jesús y María está formado por la “Cruz Discipular” y las letras griegas alfa y omega. El diseño de la cruz reproduce nuestra Custodia, realizada en forja para nosotros por un veterano herrero cerca de Villaescusa de Haro para nuestro primer noviciado. Muy pronto la custodia se convirtió en uno de nuestros signos de identidad.
El palo vertical, que representa el amor de Dios, se abre al encontrar el palo horizontal, que representa el amor al hombre. Amor de Dios y amor del hombre se entrecruzan y abren un espacio. Es el espacio de la Eucaristía. Nuestras custodias reflejan este misterio: es posible mantener la unidad del amor de Dios y el amor al hombre gracias al don de Cristo, que se entrega por nosotros, y en su entrega suscita un amor nuevo, a Dios y al hombre, capaz de integrar en él todas nuestras dimensiones.
El logo se completa con las letras alfa y omega, con las que inicia y concluye el alfabeto griego, flanqueando la cruz. En el misterio del amor de Cristo que se entrega por nosotros, encontramos el culmen del plan de Dios, presente ya en el origen. Cristo es el inicio y el fin. Dios nos pensó a cada uno de nosotros, amados en el Hijo, redimidos por Él, para que Él nos lleve a participar de la plenitud de amor con que Él es amado por el Padre en el Espíritu.
Explicación
El logo de los Discípulos de los Corazones de Jesús y María está formado por la “Cruz Discipular” y las letras griegas alfa y omega. El diseño de la cruz reproduce nuestra Custodia, realizada en forja para nosotros por un veterano herrero cerca de Villaescusa de Haro para nuestro primer noviciado. Muy pronto la custodia se convirtió en uno de nuestros signos de identidad.
El palo vertical, que representa el amor de Dios, se abre al encontrar el palo horizontal, que representa el amor al hombre. Amor de Dios y amor del hombre se entrecruzan y abren un espacio. Es el espacio de la Eucaristía. Nuestras custodias reflejan este misterio: es posible mantener la unidad del amor de Dios y el amor al hombre gracias al don de Cristo, que se entrega por nosotros, y en su entrega suscita un amor nuevo, a Dios y al hombre, capaz de integrar en él todas nuestras dimensiones.
El logo se completa con las letras alfa y omega, con las que inicia y concluye el alfabeto griego, flanqueando la cruz. En el misterio del amor de Cristo que se entrega por nosotros, encontramos el culmen del plan de Dios, presente ya en el origen. Cristo es el inicio y el fin. Dios nos pensó a cada uno de nosotros, amados en el Hijo, redimidos por Él, para que Él nos lleve a participar de la plenitud de amor con que Él es amado por el Padre en el Espíritu.